En la actualidad los aparatos utilizados en el estilismo capilar son muy funcionales para brindar los efectos deseados, sin embargo cabe recalcar que el uso continuo de los mismos tiene efectos secundarios en el cabello; las altas temperaturas que se aplican ocasionan que el cabello sufra y se estropee deshidratándose, volviéndose áspero y perdiendo brillo.
Para evitar estos típicos problemas de cabello dañado por el calor tenemos los siguientes tips:
- Recorta tu cabello con regularidad. Hay ocasiones en que lo que se quiere es conseguir una melena larga, sin embargo el simple hecho de cortar las puntas te ayudará a mantener tu cabello sano y evitará que luzcas las desagradables puntas abiertas.
- Hidratación. Los problemas de resequedad son los primeros en apreciarse en un cabello dañado por calor, por lo cual se recomienda invertir en productos de cuidado nutritivos e hidratantes que se queden en el cabello, así como mascarillas, acondicionadores sin enjuague y protectores de calor. Además procura tomar suficiente agua, la hidratación de tu cuerpo también beneficia a tu cabello para lucir más hermoso.
- Productos Reengrasantes. Entre los que se destacan aquellos aceites ricos en vitamina E y las mantecas vegetales como el aceite de coco o almendras dulces, así como manteca de cacao. La aplicación de mascarillas con estos productos se recomienda de dos a tres veces por semana.
- Adecuada limpieza capilar. Se recomienda tener especial cuidado con el tipo de shampoo utilizado, procurando que tenga las características adecuadas para nuestro tipo de cabello, los agentes necesarios para una adecuada estimulación y nutrición, así como de acompañar de un ligero masaje con las yemas de los dedos para estimular la circulación. El shampoo de biotina de injerpel está formulado a partir de Vitamina B7, que estimula y acelera el crecimiento de cabello mientras fortalece los cabellos frágiles y proporciona brillo.
- Alimentación. Una alimentación balanceada también forma parte de un adecuado cuidado capilar. Destacan aceites omega 3 procedentes del salmón que estimulan las glándulas productoras de sebo y los vegetales como la zanahoria y calabaza ricas en vitamina A que ayudan a la regulación de grasa.
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